Hay mucho por hacer para evitar los incendios como los de Australia

por Fabián Barrios
Productor forestal
Esquel, Chubut

Por primera vez en la historia el humo de un gigantesco incendio forestal ocurrido en otro hemisferio estuvo presente más de 10 días sobre la Patagonia en particular y amplias regiones de Sudamérica en general.

Nuestras comunidades siguieron con sus rutinas sin prestarle mayor atención: los millonarios que nos gobiernan siguieron atentos a sus negocios, las burocracias sindicales jugando con nosotros según sus internas políticas de turno, las autoridades de parques nacionales siguieron redactando prohibiciones, los funcionarios que deciden el destino de los bosques cuidando su carreritas políticas.

Uno pensaría que el humo australiano que ensombreció nuestro sol durante muchos días debería haber alarmado a nuestra comunidad, generando alguna preocupación y hasta que alguien habría pensado en planificar precauciones. A la fecha, nada de esto ha sucedido, ni tiene vistas de suceder.

La tranquilidad espiritual de los funcionarios y gobernantes los podrá llevar a ellos al nirvana, pero para el bosque que aún sobrevive a sus políticas esto es una desgracia alarmante que lo lleva a la ruina y a la desgracia en poco tiempo.

Nada se ha escuchado aun de prevenir los desastres que el recalentamiento global nos está tirando encima. Alguna misteriosa fundación reforesta con voluntarios unas pocas hectáreas en Cholila, y de esa noticia que un contexto de normalidad debería resultar insignificante (cuando no sospechosa) se prenden funcionarios y empleados del Estado para sacarse fotos y aparecer en algún portal de noticias.

Las reforestaciones de bosque nativo son lentas y trabajosas, pero algún día hay que empezar. Nada se escucha de campañas de recolección de semillas, ni de establecimiento de viveros forestales, ni de prever cuadrillas de limpieza, podas y plantaciones.

El bosque desaparece, señores, a ver si se despabilan! van a venir incendios en el futuro, y nada se hace para la construcción de cortafuegos,  de accesos a lugares difíciles ni limpieza de residuos.

En una crisis laboral, económica, energética y ambiental, hay que ver los restos de los varios incendios dentro del parque nacional esperando ser combustible del fuego que vendrá.

¿A ningún funcionario se le cae la idea de organizar cuadrillas para extracción de leña y madera y reforestación? Hay centenares de empleados de bosque y de Parques Nacionales y profesionales para consensuar el uso y supervisar las tareas. ¿Se les ocurre pensar en el movimiento que generaría este trabajo?

En otros países se prefinancia la viverización y la forestación de áreas naturales por medio de particulares. Dada la poca credibilidad de nuestros gobernantes y su avidez de dinero fácil, esta solución no es viable toda vez que no hay ningún organismo confiable para fiscalizar. pero algo se les debería ocurrir. aunque nada indique que esto sea factible.

Quedan pocos bosques, y el medio ambiente continúa en el único ámbito de las declaraciones de funcionarios mediocres. no podemos aceptar que a nadie le importe nada.

El bosque es un organismo complejo donde cada árbol es un órgano, donde sus habitantes silvestres, hongos, insectos y otros seres vivientes colaboran en armonía y muy felices de tener lo que tienen. Sólo necesitan que se los deje en paz y se los proteja de intereses inmobiliarios, incendiarios, y de funcionarios inútiles.

A los que amamos la naturaleza nos corresponde apoyar las (pocas) acciones de protección, exigir que los que están en los cargos del Estado se pongan a la altura de las circunstancias (y si no que se vayan a buscar un trabajo digno a otro lado), desconfiar de las noticias que publican, ser creativos.

Si no lo hacemos, seremos cómplices del desastre ambiental y de la muerte de muchos seres vivientes que no pueden caminar ni manifestarse.