Fuerte pérdida de competitividad para peras manzanas y cítricos este año

16 de las 18 economías que componen el índice de Competitividad de Coninagro se encuentran peor que hace un año. A su vez, dentro de este grupo mayoritario se destacan los complejos que hoy se encuentran bajo a emergencia agropecuaria: peras, manzanas y cítricos.   Estas economías mostraron en el primer trimestre del año caídas de dos dígitos en su competitividad multidimensional: -18,7% i.a. en peras, -11,6% en manzanas y -16,4% en cítricos.

En el primer trimestre de 2019, el Índice de Competitividad Coninagro (IC) mostró un retroceso de 4,2% frente al mismo período de 2018, lo cual representa un deterioro en la competitividad multidimensional de las economías regionales en el inicio del año. De hecho, se constituyó como el peor primer trimestre del período bajo análisis (2015 a la actualidad).

Esta dinámica se explica por un desempeño negativo en 4 de las 7 dimensiones que componen el índice. Infraestructura, Población, Entorno Macroeconómico e Institucional y Desempeño Económico se ubicaron todas en rojo. En contraposición, las dimensiones de Recursos Naturales, Sector Externo y Calidad-Diferenciación mostraron un avance, atenuando la caída general que experimentó competitividad conjunta.

Desagregando los datos, los resultados muestran que 16 de las 18 economías que componen el índice se encuentran peor que hace un año. A su vez, dentro de este grupo mayoritario se destacan los complejos que hoy se encuentran bajo a emergencia agropecuaria: peras, manzanas y cítricos.

Estas economías mostraron en el primer trimestre del año caídas de dos dígitos en su competitividad multidimensional: -18,7% i.a. en peras, -11,6% en manzanas y -16,4% en cítricos.
Durante el primer trimestre del año, estas tres economías regionales compartieron algunas dinámicas.

En primer lugar, todas ellas sufrieron un marcado deterioro en la dimensión de infraestructura (todas con caídas superiores al 50% i.a.). Esto fue producto principalmente del recorte en los fondos públicos destinados a obras de infraestructura tendientes a mejorar el desempeño del sector agropecuario, en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que contempla una meta fiscal más restrictiva.

En esta misma línea, las economías de peras, manzanas y cítricos se vieron afectadas por el desenvolvimiento negativo del contexto macroeconómico, mostrando en los tres casos caídas superiores al 10% i.a en dicha dimensión.

Dentro de este apartado, los principales causantes corresponden al marcado deterioro del poder adquisitivo de la población (mayor al 10% i.a.) y un menor acceso al financiamiento, instrumento clave para el desarrollo de las economías regionales dada su pequeña escala.

En este sentido, los préstamos otorgados a estas economías regionales mostraron una contracción promedio de casi 15% i.a. medida en dólares, como consecuencia de la devaluación y el incremento en las tasas de interés.

A esto se sumó el pobre desempeño de la dimensión poblacional. Las provincias en las que se desarrollan las economías de peras, manzanas y cítricos mostraron un deterioro generalizado de las variables incluidas en esta dimensión, traccionadas principalmente por un aumento de la pobreza y una disminución en la tasa de cobertura médica -métricas fundamentales a la hora de analizar el estado de situación poblacional-.

Las únicas excepciones se dieron por una mejora en el nivel educativo de las provincias correspondientes a peras y manzanas y por un incremento en la disponibilidad del factor ‘trabajo’ en el territorio relevante para la producción de cítricos (aumento de la Población Económicamente Activa).

Por su parte, la dimensión correspondiente al desempeño económico afectó profundamente a las economías regionales mencionadas, con una caída promedio de la misma de 20% i.a.

El complejo de peras fue el que sufrió los mayores golpes como consecuencia de un marcado retroceso del precio al productor (-40% i.a. en términos reales, lo que indica que el precio se incrementó muy por debajo de la inflación) y una caída de más de 30% i.a. en el consumo interno, ambas dinámicas enmarcadas en un contexto de aceleración de la inflación y pérdida del poder de compra de los salarios.

Luego siguieron los cítricos, con un desempeño algo menos desfavorable gracias a un pequeño aumento del consumo (1% i.a.), aunque afectados también por una caída de 43% i.a. en el precio al productor en términos reales.

Finalmente, las manzanas mostraron las menores caídas, con un retroceso del precio al productor de 16% i.a. real, aunque con una retracción del consumo de casi 11% i.a. A su vez, las tres economías regionales se vieron afectadas por el aumento del combustible, la energía eléctrica y los principales insumos y agroquímicos producto de la devaluación.

En contraposición, las economías de peras, manzanas y cítricos se vieron beneficiadas por un buen desempeño en el frente externo gracias a una ganancia de competitividad cambiaria (9% i.a. promedio) como consecuencia de la devaluación y a pesar de la imposición de retenciones y disminución de reintegros a la exportación.

De igual manera, mejoraron dichas economías su competitividad multidimensional a partir de nuevas certificaciones obtenidas bajo el sello Alimentos Argentinos (7 en el caso de cítricos y 1 en manzanas) que permite certificar la calidad e incrementar la diferenciación de producto.

Por último, la dimensión referida a recursos naturales no mostró cambios debido a una misma cantidad de declaraciones de emergencia agropecuarias y una nueva campaña para la que aún no se poseen estimaciones precisas de área sembrada.

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