Alertan por factores que desalientan la siembra de trigo de la nueva campaña

La superficie de trigo para la campaña 2022/23 sería de 6,5 millones de hectáreas y caería un 3%, es decir unas 200.000 hectáreas, respecto a las 6,7 millones del ciclo anterior, según informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).

No obstante, la actual proyección ubica al área que se destinaría al principal cereal de invierno por encima del promedio de 6,3 millones de hectáreas de las últimas 5 campañas. “Nos encontraríamos frente a la cuarta mayor superficie implantada en 23 campañas. No obstante, este escenario permanece sujeto a la evolución de las condiciones climáticas durante la ventana de siembra”, señalaron desde la entidad porteña en el panorama de pre campaña.

Desde fines de marzo, la Bolsa comenzó el relevamiento y análisis de las expectativas de implantación para el nuevo ciclo de cultivos de invierno 2022/23 que se encuentra a pocas semanas de iniciar. Durante este tiempo, se han analizado diferentes ítems que influyen sobre la decisión de siembra de los productores.

La superficie, si bien se reduciría respecto al ciclo pasado, superaría al promedio de los últimos 5 años. (Fuente: BCBA)

“Con el paso de las semanas, se ha ido consolidando una leve tendencia negativa sobre el área que ocuparía el cultivo de trigo durante este nuevo ciclo. Entre los factores que explican la baja, se encuentran los aumentos en los costos de insumos, la mejora relativa en los márgenes de la cebada, y especialmente las políticas domésticas que afectan al trigo y la incertidumbre en relación a futuros cambios en las mismas”, describió el informe.

En ese sentido, el próximo 12 de mayo se realizará el Lanzamiento de Campaña Fina de la Bolsa de Cereales en el marco del Congreso A Todo Trigo, en el cual se completará el presente análisis con las estimaciones de producción, exportaciones y producto bruto para ambos cereales de invierno (trigo y cebada).

Al detallar los aspectos que desalientan la siembra para esta temporada, de acuerdo con el relevamiento realizado en su red de colaboradores, la BCBA identificó una serie de fundamentos que explicarían, en gran medida, la caída interanual del área destinada al cereal, prevista para este nuevo ciclo.

Entre estos, mencionaron un escenario climático global en transición de “La Niña Débil” hacia un “Neutral Frío”.

A los pronósticos del tiempo poco favorables, además se suman “los elevados costos de insumos clave para el paquete tecnológico aplicado al cultivo, y dificultades para el abastecimiento de fertilizantes y combustibles”.

El relevamiento también hizo mención a las políticas de derechos de exportación y restricciones comerciales que “impactan sobre los precios recibidos y el normal funcionamiento de los mercados”, en un marco de “expectativas de nuevos cambios en estas políticas y mayores restricciones”.

También se detectó “una mayor intención de siembra de cebada”, principal “competidor” del trigo sobre el extremo sur de la región agrícola. “Esta intención estaría traccionada por los mayores precios de la cebada, las ventajas que posee este cereal para los planteos de soja de segunda, y las menores expectativas de intervención sobre el cultivo a través de políticas públicas”.

Si bien este conjunto de aspectos “podría traccionar una mayor caída interanual del área sembrada”, existen otros que “atemperan la caída y permiten proyectar una superficie aún por encima al promedio de siembra de las últimas 5 campañas”.

Así, entre los puntos positivos, se destacaron un favorable escenario de precios para el trigo, traccionados por la invasión de Rusia a Ucrania, y “expectativas positivas” sobre el futuro desempeño de las cotizaciones en el mercado internacional.

Fuente: BCBA

También incentiva a los productores el “buen desempeño” del cereal ante escenarios climáticos adversos, con óptimos rendimientos recolectados durante el ciclo previo, a pesar del impacto climático de “La Niña” durante el ciclo 2021/22.

“El rol del cultivo en la rotación y los servicios que brinda al sistema productivo. La posibilidad de ajustar la inversión en tecnología, gracias a la diversificación en la aplicación de fertilizantes a la siembra o en macollaje, permitiendo de esta forma ajustar dosis en función de la evolución del clima y el potencial del cultivo”, completó el análisis sobre los ítems que impulsan a la implantación del trigo.

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