Récord de dólares del campo: marzo fue el mejor mes de la historia
Las exportaciones de granos, harinas y aceites generaron una liquidación de divisas por US$ 2773 millones durante marzo, un récord absoluto de las estadísticas de los últimos 18 años y de toda la historia de la exportación agroindustrial argentina, que representa un incremento del 53,22% con respecto de febrero pasado.
En ese marco, el ingreso de dólares acumulados por la agroindustria en el primer trimestre del año alcanzó los 6.724.006.940 dólares, y también constituye el mejor trimestre de la historia, según informó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 40% de las exportaciones argentinas.
El mejor trimestre hasta ahora había sido el inmediato posterior a la asunción de Mauricio Macri. En diciembre de 2015 se levantó el cepo cambiario y se redujeron los derechos de exportación a los productos del campo (se redujeron las retenciones a la soja de 35 a 30% y se eliminaron para los otros granos). Entonces, entre enero y marzo de 2016 se liquidaron US$ 5091 millones.
Esta vez, el muy buen precio internacional de la soja y el maíz, los principales granos que produce la Argentina, y que cotizan en el mercado de Chicago a US$ 527 y US$ 222, por tonelada, respectivamente, han sido el sostén de los valores liquidados y de la motivación para vender de parte de los productores.
Cuando Macri concluyó su gobierno, en Chicago la soja rondaba los US$ 325 y el maíz US$ 115. O sea, en poco más de un año la cosecha argentina aumentó su valor internacional un 70% en promedio. Es así desde la perspectiva de la economía del país, porque a los productores no les rinde tanto.
Entre retenciones y tipo de cambio, hoy los agricultores cobran, en pesos, poco más de un tercio del precio internacional equivalente de la oleaginosa ($29.450 y no $ 76.415) y poco más de la mitad de la cotización del cereal ($ 17.800 y no $ 32.190). El número más alto, en cada caso, surgiría de tomar los US$ 527 de la tonelada de soja como los US$ 222 del valor del maíz, y multiplicarlo por las cotizaciones de mercado del dólar, en torno a los $ 145.
Desde CIARA-CEC destacaron “el dinamismo en los precios de los productos industrializados basados en la soja (la harina y el aceite son los principales productos exportados por la Argentina) y de los commodities en general, mientras que en el plano interno además influyó la liquidación de stocks para facilitar el ingreso de la próxima cosecha gruesa”.
Con todo, es clave el contexto general del mundo. “Una vez más, fue gravitante el aumento sostenido de la demanda de alimentos en todo el mundo por el ingreso en la “nueva normalidad” y por la búsqueda en todos los países por recomponer las existencias internas, incluso de reserva”, analizaron.
A su vez, debido a medidas gremiales entre diciembre y enero hubo menor actividad en los puertos, que luego motivó una mayor intensidad en las operaciones de los meses siguientes. La liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera.
El complejo oleaginoso-cerealero aportó, el año pasado, el 40,78 % del total de las exportaciones de la Argentina, según datos del INDEC. El principal producto de exportación del país es la harina de soja (13,5 % del total), que es un subproducto industrializado generado por este complejo agroindustrial, que tiene actualmente una elevada capacidad ociosa cercana al 50%.
La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. “Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas”, destacaron desde CIARA-CEC.