La ganadería es una «muy buena opción» de inversión, afirma el Rosgan

La producción ganadera, con precios en alza que superan en 20 puntos porcentuales a la inflación, y una materia prima que se revaloriza con el correr de las semanas, resulta actualmente una “muy buena opción” de inversión frente a tasas de interés en caída y un dólar con acceso restringido, destacó el Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan).

“La escasez de opciones de refugio de valor posiciona a la ganadería como una muy buena opción de inversión”, precisó el informe realizado por María Belén Collati y María Julia Aiassa, de la consultora Big River.

Remarcó que “el productor ganadero siempre ha sido proclive a refugiarse en la hacienda”, y añadió que “sabe, por experiencia, que la ganadería le ofrece una protección segura para sus pesos sin perder liquidez, dado que se trata de un mercado que siempre está dispuesto a comprar”.

“Hoy estamos viendo un productor ganadero que, mirando más allá del corto plazo, sale a reposicionarse en kilos de carne, tratando de protegerse del escenario actual, de cara al mediano y largo plazo”, puntualizó el análisis.

Indicó que “es así que los valores para la cría y la invernada se mantienen firmes”, y puso de relieve que si se analizan “los precios tanto de terneros como de vientres, vemos una interesante recomposición en términos relativos”.

Al respecto, subrayó que, “en lo que va de abril, los valores concertados están promediando entre un 60% y un 70% por encima de los registros de abril de 2019, contra una inflación interanual que en marzo se ubicaba en 46,9% y que para este mes, de acuerdo con la desaceleración que proyectan los principales economistas, podría situarse en torno al 45% anual”.

El Rosgan destacó que, “si bien es una realidad que este año la zafra de terneros se está desarrollando con cierta demora debido a las complicaciones logísticas originadas a partir de la cuarentena, lo cierto es que en muchos casos es el mismo criador quien está demorando la salida de sus terneros”.

Así, explicó que “ante la incertidumbre reinante el criador está reteniendo más, no quiere desprenderse de los terneros dado que tras la venta no encuentra alternativas confiables para la colocación de los pesos”.

El productor “prefiere quedarse en un activo seguro, que conoce, con el que sabe trabajar y posponer la decisión de venta al menos por unos meses, hasta tanto el panorama resulte más claro”, resaltó

«Esta misma visión también la tiene el recriador y de allí la puja por hacerse de la invernada para comenzar a llenar los campos”., puntualizó

Subrayó que, “a diferencia de otros commodities, mantener hacienda en producción ofrece una tasa de interés implícita que viene dada por el aumento de peso diario”.

Afirmó que “en sistemas extensivos, donde el costo de alimentación se reduce significativamente, esta tasa además de resultar atractiva se torna segura”.

”Un ternero que ingresa hoy a un sistema de recría a campo con 180 kilogramos, es posible que en 150 a 180 días lo estemos sacando con 300 a 320 kilos. Es decir que estaría ofreciendo una tasa implícita por aumento de peso, a bajo costo, de entre un 10% y 12% mensual contra una tasa de devaluación futura en torno al 3,5 % mensual”, precisó el Rosgan.

Sostuvo que “esto explica en gran medida por qué los valores tanto de la cría como de la invernada continúan afirmándose en momentos en los que el consumo no ofrece las mejores perspectivas y, una parte nada despreciable de la demanda externa, aún muestra señales concretas de recomposición”.

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