Cinco estrategias para conservar 100 milímetros de agua de lluvia en los suelos cultivados

El cambio climático y la variabilidad del clima son desafíos constantes para el sector agropecuario. Las prácticas de manejo que mejoran la capacidad de captación y almacenaje de agua en el suelo son fundamentales para afrontar estos desafíos y asegurar la producción.

Las lluvias recientes y la planificación de la siembra

Las precipitaciones de las últimas semanas han permitido recargar las reservas de agua en el suelo, lo que es una oportunidad para planificar la siembra de fina y gruesa de primera. La conservación del agua en el suelo es una prioridad de adaptación al clima y debe ser una práctica agronómica fundamental.

Estrategias para conservar el agua en el suelo

Existen diversas estrategias para conservar el agua en el suelo, desde prácticas a corto plazo como el control temprano de malezas hasta estrategias a largo plazo como la sistematización de lotes con terrazas. Algunas de estas estrategias son:

  • Manejo de coberturas: Asegurar una distribución adecuada de rastrojos en el lote para que la gota de agua de lluvia impacte en el suelo y no se produzca escurrimiento.
  • Evitar la compactación del suelo: Minimizar el tránsito con equipos pesados en suelos húmedos para evitar la pérdida de poros.
  • Control temprano de malezas: Reducir la competencia por el agua y asegurar que el consumo sea principalmente por parte de los cultivos.
  • Laboreo contrario a la pendiente: Favorecer la infiltración del agua y evitar la erosión.
  • Mejoras en la estructura del suelo: Incrementar la capacidad de retención de agua.

Beneficios de la conservación del agua en el suelo

La conservación del agua en el suelo tiene numerosos beneficios, como:

  • Mayor disponibilidad de agua para los cultivos: Permite afrontar períodos de sequía y asegurar la producción.
  • Reducción del riesgo de erosión: Protege el suelo y la fertilidad.
  • Mejora de la calidad del agua: Disminuye la contaminación por agroquímicos.
  • Aumento de la biodiversidad: Favorece la presencia de flora y fauna beneficial.

En conclusión, la gestión eficiente del agua en el suelo es crucial para la producción agropecuaria en un contexto de cambio climático. La implementación de prácticas de manejo que favorezcan la infiltración, retención y almacenamiento de agua en el suelo es una inversión en el futuro de la agricultura.

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